En el Día Internacional de la Mujer, nos unimos con determinación para conmemorar la lucha por nuestros derechos y revindicamos los logros alcanzados. Nos movilizamos, reflexionamos sobre los desafíos persistentes y afirmamos nuestro compromiso por la igualdad de género. Aunque hemos avanzado en muchos aspectos, todavía enfrentamos barreras sistémicas que perpetúan la discriminación y la desigualdad. Hoy alzamos nuestra voz en un momento crítico marcado por el impacto del decreto 70/23 de este gobierno, que ha exacerbado la vulnerabilidad de las mujeres en nuestra sociedad. Nos enfrentamos a una situación alarmante donde las mujeres nos vemos amenazadas ante la perdida constante de derechos. Muchas son forzadas a lidiar con el flagelo del hambre, la falta de empleo, la devaluación del poder adquisitivo, ingresos insuficientes que no llegan a satisfacer las necesidades básicas, la dificultad de pagar alquileres y la imposibilidad de obtener medicamentos para sus tratamientos y enfermedades terminales, así como la falta de atención adecuada frente a situaciones de violencia. Hay un femicidio cada 29 horas en nuestro país, por eso exigimos una respuesta inmediata y efectiva para abordar la violencia de género en todas sus formas, es deber del Estado de acuerdo con las Convenciones Internacionales proveer de recursos para brindar una asistencia adecuada a las víctimas y acceso a la Justicia. La posibilidad de poseer una vivienda digna, alimentación básica, una atención médica y vivir libre de violencia son derechos humanos inalienables que deben ser garantizados. Esta crisis afecta de manera diferenciada a las mujeres, exacerbando las brechas de género ya existentes. Es esencial garantizar el derecho de las mujeres acceder a la interrupción voluntaria del embarazo, sin interferencias externas. Cualquier medida que limite este derecho es una afrenta a la dignidad y a la libertad de las mujeres.
Nos preocupa la trata de personas que sigue siendo un desafío urgente, las mujeres, en situación de vulnerabilidad económica, que se encuentran especialmente expuestas a esta forma de explotación y cosificación. Exigimos medidas eficaces para prevenir y erradicar la trata, así como el fortalecimiento de los sistemas de protección y apoyo a las víctimas.
Continuamos reclamando paridad en la Corte Suprema pues sin Mujeres no hay Justicia. Abogamos por una participación igualitaria en los lugares de decisión, exigimos que se garantice y promocione la perspectiva de género y el uso del lenguaje inclusivo en todos los ámbitos, decimos NO a la represión política, a toda medida que obstaculice, cercene o prohíba el ejercicio de los derechos adquiridos en tanto años de lucha.
Por todo ello este 8M paramos y nos paramos frente al patriarcado y al capitalismo que nos violentan, nos oprimen e intentan silenciarnos. No tenemos miedo, saldremos a las calles una vez más para defender nuestros derechos y nuestro Estado democrático con el valor y la convicción que nos caracteriza porque NUESTROS DERECHOS SON LEY Y NO ESTAMOS DISPUESTAS A DAR NI UN SOLO PASO HACIA ATRÁS!!!