Hoy es un día triste para todos quienes conocimos a Susana. Fue una gran abogada, conciliadora laboral, mujer de convicciones firmes y, por sobre todo, una amiga leal. Su paso por la AABA será inolvidable. Integró activamente las Comisiones de la Mujer y de Derecho Civil de la AABA. Socia histórica, comprometida con los derechos humanos y los derechos de las mujeres. Quienes tuvimos el placer y el honor de compartir su trayectoria la despedimos con la sensación de que se fue una imprescindible.